En este libro, Foucault examina cómo la sociedad occidental ha abordado la sexualidad desde el siglo XVIII hasta mediados del siglo XX. Contrario a la creencia común de que la sociedad victoriana reprimió la sexualidad, Foucault sostiene que ocurrió una proliferación discursiva en torno a la sexualidad, donde se promovió un discurso que incitaba a hablar abiertamente sobre ella. Destaca el surgimiento de la «biosexualidad» y cómo la sexualidad se convirtió en un objeto de conocimiento y control a través de prácticas médicas, educativas y sociales.
El autor sostiene que la confesión de la sexualidad se volvió un fenómeno central, con la gente incitada a hablar sobre sus deseos y prácticas. Foucault desafía las nociones de liberación sexual, argumentando que este cambio en la actitud hacia la sexualidad no implica una emancipación, sino más bien una intensificación del control social a través de la medicalización y la regulación.