En este libro, Arendt explora la relación entre la violencia y la política, y cómo la violencia puede ser utilizada para fines políticos. La autora argumenta que la violencia es un medio para lograr multas, pero no un fin en sí mismo, y que la violencia puede ser justificada en ciertas circunstancias, como en la lucha contra la opresión.
Arendt también discute la naturaleza de la revolución y cómo la violencia puede ser utilizada para lograr cambios políticos. En general, el libro es una reflexión sobre la naturaleza de la violencia y su papel en la política.