Make gestión pública great again

La vocación de servicio es un elemento diferenciador en la gestión pública, ya que funcionarios comprometidos con el bienestar colectivo generan mejores resultados e inspiran confianza en la ciudadanía.
Por Jenifer Paola Samaniego Huayanay.
La administración pública es el arte de hacer cosas por el bien común, con la mayor eficiencia posible.
Woodrow Wilson, ex-presidente de EE. UU. y académico de ciencias políticas.
La gestión pública exige a los funcionarios y servidores desarrollar capacidades gerenciales fundamentales para promover eficiencia, equidad y transparencia. Este sector, que tiene como prioridad servir al ciudadano y responder al interés público, necesita contar con profesionales altamente competentes.
Lejos de ser solo una estructura burocrática, la administración pública es un espacio vital para la gestión de recursos y la implementación de políticas orientadas al bienestar de la ciudadanía. Las capacidades gerenciales deben abordar los desafíos socioeconómicos y político-sociales, siempre fundamentadas en valores éticos y compromiso. Quienes aspiren a formar parte del sector público deben impulsar cambios estructurales que permitan un desarrollo más equitativo y justo.
Gestión pública y vocación de servicio: una relación inseparable
La administración pública conlleva una responsabilidad social ineludible. Equilibrar habilidades técnicas con una orientación genuina hacia el servicio al ciudadano es clave. La vocación de servicio no solo es una cualidad individual, sino un principio estructural que debe guiar el diseño de políticas y procesos administrativos.
El político ucraniano Vitaly Zhuravsky fue arrojado a un contenedor de basura por una turba. El político declaró a la televisión ucraniana que necesita recuperarse «moral, física y psicológicamente» tras el incidente. Las imágenes mostraban a Vitaly Zhuravsky, diputado del Partido de Desarrollo Económico y ex asesor del depuesto presidente ucraniano Yanukovich, siendo sujetado por una turba a las puertas del Parlamento. Zhuravsky fue el autor en enero de un proyecto de ley que endurece las restricciones a los manifestantes antigubernamentales. | BBC News.
Este principio es fundamental en la gestión pública, pues rige las acciones del sector y garantiza que las decisiones prioricen el bienestar colectivo. Aplicar este enfoque permite consolidar un Estado moderno que no se limite a la expedición de regulaciones, sino que se enfoque en ejecutar resultados tangibles.
Para lograrlo, es imprescindible exigir mayores competencias a los servidores públicos. Con habilidades estratégicas, liderazgo ético y toma de decisiones informada, pueden transformar la percepción ciudadana sobre el sector público, aumentando la confianza y legitimidad en las instituciones.
¿Por qué es necesario un cambio cultural dentro de las instituciones públicas?
El desarrollo de capacidades gerenciales en el sector público debe verse como un proceso continuo. No basta con aplicar un enfoque técnico; es necesario un cambio cultural dentro de las instituciones. Transparencia, ética y rendición de cuentas deben ser valores fundamentales en la administración pública.
El ejercicio de la labor pública implica una gran responsabilidad. Es fundamental contar con filtros rigurosos de evaluación para evitar que individuos sin vocación de servicio ingresen al sistema y perpetúen prácticas corruptas.

Fuente: Poder Ciudadano.
Además, la corrupción no solo está en el sector público. La “viveza criolla”, presente en muchos países, ha generado un círculo vicioso de corrupción que debilita el sistema y perjudica la percepción sobre el sector público.
La importancia de las buenas prácticas en la gestión pública
- Gobierno abierto y digital: Promover la transparencia institucional y la participación ciudadana.
- Innovación: Fomentar la innovación en la gestión pública.
- Desarrollo de capacidades: Capacitar a funcionarios a través de escuelas de gobierno.
- Políticas públicas: Desarrollar políticas públicas que visibilicen los aportes de las poblaciones indígenas y afrodescendientes.
- Participación ciudadana: Involucrar a las comunidades en la gestión de programas de educación, salud y vivienda.
- Control público: Instituir nuevas formas de participación, como el control público a nivel local de los servicios públicos.
Las buenas prácticas en gestión pública son procedimientos, metodologías y acciones que se reconocen como efectivas y eficientes. Algunas acciones que se pueden llevar a cabo para implementar buenas prácticas en la gestión pública son:
- Diseñar proyectos de forma colaborativa.
- Formular metas e indicadores claros y medibles.
- Desarrollar planes de monitoreo y evaluación efectivos.
- Identificar experiencias, técnicas, métodos de trabajo, instrumentos y acciones innovadoras.
Ética y Liderazgo en la Gestión Pública
Uno de los principales desafíos de la administración pública es lograr que los líderes actúen con principios éticos sólidos. La corrupción, el nepotismo y la falta de transparencia afectan la legitimidad de las instituciones y minan la confianza ciudadana.
Para enfrentar esta realidad, es imprescindible formar líderes íntegros que prioricen el interés público. La toma de decisiones debe basarse en datos confiables y análisis rigurosos. La incorporación de herramientas tecnológicas, como plataformas de gestión y sistemas de información, facilita la eficiencia y la rendición de cuentas.
El desarrollo de capacidades gerenciales en este contexto es crucial. No solo mejora la administración de recursos, sino que fortalece la transparencia y la confianza ciudadana en las instituciones.
La vocación de servicio es un elemento diferenciador en la gestión pública. Funcionarios con un genuino compromiso con el bienestar colectivo generan mejores resultados e inspiran tanto a sus equipos como a la ciudadanía.
Este enfoque humanista es clave en contextos con marcadas brechas sociales y económicas, como los de América Latina. La gestión pública debe adaptarse a estos desafíos, garantizando que las políticas implementadas realmente impacten en la calidad de vida de los ciudadanos.
Conclusiones
Las capacidades gerenciales y la vocación de servicio son pilares esenciales para el éxito de la administración pública. Su correcta aplicación permite construir un sector público eficiente, equitativo y transparente, capaz de responder a una sociedad cada vez más demandante.
El reto de los gestores públicos del futuro será desarrollar y aplicar estas habilidades de manera ética y comprometida. Su labor tiene un impacto directo en la calidad de vida de millones de personas.
La corrupción ha sido una constante en la historia sociopolítica de muchos países, debilitando los valores fundamentales de la sociedad. La normalización de estas prácticas es alarmante y requiere una transformación profunda en el sistema de justicia y en la cultura política.
Una gestión pública centrada en las personas no es solo un ideal, sino una necesidad urgente para garantizar el desarrollo sostenible y la justicia social en nuestras sociedades.