América Latina y el sueño de una moneda regional

¿Puede una moneda común emancipar económicamente a América Latina del dominio del dólar? La propuesta de una moneda regional vuelve al debate en medio del ascenso de China y el desgaste del modelo actual.
Por Gabriel Ruiz.
Será complejo que América Latina plantee una alternativa al dólar si continúa priorizando sus crisis internas por sobre la integración regional.
Introducción
La moneda, al ser un medio de pago para el intercambio de bienes y servicios entre personas, comerciantes y países, ha sido regulada de dos formas: la banca central y el sistema monetario internacional (SMI). Por una parte, la moneda de un país (moneda nacional) es administrada por una entidad autónoma de los gobiernos nacionales: el Banco Central.
Por otra parte, el SMI es el conjunto de reglas y mecanismos que regulan las relaciones comerciales entre países para promover el comercio internacional y garantizar el crecimiento económico (Béjar, 2022). En ese sentido, se debe contemplar cómo se harán las transacciones comerciales entre países debido a la variedad de monedas nacionales. En la actualidad, la mayoría de las transacciones comerciales en el mundo se hacen con el dólar, la moneda de los Estados Unidos (EE. UU.), generando una dependencia de esta divisa. Por ello, surge una duda: ¿por qué ocurre esta situación?
El SMI fue creado por los Acuerdos de Bretton Woods, firmados en 1944, para fortalecer las relaciones económicas entre países. Para ello, se crearon organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), con el fin de garantizar la estabilidad del sistema. Además, se estableció un régimen monetario donde cada moneda nacional, de los países que habían suscrito los acuerdos, tendría que estar vinculada al dólar.
El mapa de los países dolarizados. | Fuente: EOM.
Sin embargo, tras la consolidación de Estados Unidos como potencia hegemónica en el sistema internacional, se desarrolló una dependencia del dólar en el mundo. Esto se debe al hecho de que el dólar ha adoptado características de ser un dinero mundial: un medio universal de pago, compra y materialización de la riqueza (Martínez & Araujo, 2022). Además, esta divisa ha sido utilizada como medio de deuda y como forma de expresar el valor de las monedas nacionales.
A pesar del régimen monetario centrado en el dólar, en el mundo han surgido otras divisas que se han considerado como alternativas dentro del SMI: el euro y el yuan. No obstante, estas monedas siguen siendo débiles en comparación al dólar porque no tienen mucha influencia en el sistema monetario global.
Ante este panorama, surge una nueva duda: ¿será posible plantear una alternativa al dólar desde América Latina con una moneda regional? Para responder este interrogante, primero se describirá la influencia de EE. UU. en América Latina en el área monetaria. Luego, se analizará la posibilidad de adoptar una moneda regional como alternativa al dólar. Y, por último, se presentarán algunos comentarios respecto al panorama actual.
La influencia de EE. UU. en América Latina en el área monetaria
América Latina es una región que ha estado subordinada a EE. UU. incluso antes de su consolidación como potencia hegemónica y de la firma de los Acuerdos de Bretton Woods. Esta situación se explica por la influencia que el país norteamericano ha ejercido de diferentes formas en la región. En el plano económico, EE. UU. se ha destacado por enviar misiones económicas a países latinoamericanos, influir en la formación de profesionales en áreas como la economía y la ciencia política, entre otras acciones.
En el área monetaria, su principal forma de influencia ha sido la dolarización, entendida como la adopción del dólar como moneda nacional en un determinado país, cuya administración queda a cargo de la Reserva Federal (Banco Central de EE. UU.). Hasta ahora, solo tres países de la región se han dolarizado: El Salvador, Ecuador y Panamá. Incluso han existido intentos en países como Argentina y Venezuela.
Una situación particular en los países que se han dolarizado es que, antes de adoptar el dólar, atravesaron crisis inflacionarias. En ese contexto, EE. UU. influyó en las discusiones académicas y técnicas proponiendo la dolarización como solución a la crisis.
Estas crisis, sin embargo, revelan otra problemática que no depende directamente de EE. UU., pero que facilita su influencia: la debilidad estructural de las monedas nacionales latinoamericanas. Esto se relaciona con el mal diseño de las políticas monetarias internas y el escaso volumen de comercio tanto interno como externo. En consecuencia, las monedas de la región carecen de valor e influencia internacional, lo que refuerza el dominio del dólar.
La posibilidad de una moneda regional
Frente a este escenario de dependencia, se ha propuesto que América Latina adopte una moneda regional que impulse el comercio internacional y reduzca el poder del dólar en la región. Sin embargo, ninguna de las propuestas ha sido materializada. Las razones son múltiples y se entrelazan: desde crisis económicas recurrentes hasta la falta de voluntad política sostenida.
Esta inercia ha consolidado la influencia del dólar en la región e incluso ha reavivado los debates sobre dolarización en algunos países. Entonces, ¿es viable una moneda regional como alternativa al dólar?
Teniendo en cuenta el panorama, resulta complejo. La ausencia de avances concretos en la integración monetaria ha perpetuado la hegemonía del dólar. Además, los países latinoamericanos suelen priorizar la gestión de sus crisis internas por encima de la integración regional. Por ello, y por otros factores estructurales, será difícil que América Latina logre desarrollar una moneda regional en el corto plazo.
Comentarios finales
En resumen, el sistema monetario internacional ha estado marcado por la influencia del dólar, lo que ha generado una dependencia global de la moneda estadounidense en las transacciones comerciales. Esta hegemonía se explica, en parte, por el rol de EE. UU. como potencia internacional y por fenómenos como la dolarización en América Latina.
Aunque han surgido otras divisas como el euro y el yuan que se consideran posibles alternativas, aún no han logrado desplazar al dólar de su lugar dominante. Frente a ello, se ha planteado la posibilidad de construir una moneda regional latinoamericana que permita mayor autonomía económica. Sin embargo, las dificultades estructurales y políticas de la región hacen que ese objetivo parezca lejano.
Aun así, el debate es necesario. El ascenso de China como potencia y el desgaste del liderazgo estadounidense podrían abrir una ventana de oportunidad. Por ello, es fundamental que América Latina comience a discutir seriamente la posibilidad de una moneda regional que le otorgue mayor autonomía en el sistema monetario internacional. Que este debate gane lugar en las agendas públicas y académicas es el primer paso hacia una integración monetaria real.