Breve historia de Hezbolá
Hezbolá ha recorrido un largo camino desde su creación en los años 80, evolucionando de un movimiento de resistencia chiíta a un poderoso actor político y militar en Medio Oriente. Su capacidad para operar tanto en el ámbito político como militar, junto con el apoyo de aliados estratégicos como Irán y Siria, le ha permitido mantener su relevancia en un entorno regional cada vez más complejo.
Por redacción EDP.
Hezbolá es mucho más que un grupo terrorista. Su función como actor estratégico supera ampliamente a la de la mayoría de grupos terroristas y su resiliencia ha quedado demostrada a lo largo de la historia.
Hezbolá, o «Partido de Dios», es una organización clave en la geopolítica de Medio Oriente. Fundada en los años 80, ha evolucionado desde sus inicios como un grupo de resistencia chiíta hasta convertirse en un actor importante en la política y los conflictos regionales.
Su versatilidad le ha permitido adaptarse a distintos escenarios, siendo hoy un partido político, una milicia de resistencia y un proveedor de servicios sociales en el Líbano. Este artículo explora sus orígenes y el impacto, además de su rol actual en la región.
Orígenes del movimiento
Surgió formalmente en 1982, durante la ocupación israelí del Líbano. Su fundación fue impulsada por varios factores clave: la Revolución Iraní de 1979, el regreso de clérigos chiítas al Líbano y el deseo de la comunidad chiíta de protegerse frente a las agresiones externas. El apoyo de Irán fue crucial en los primeros días de Hezbolá.
A través de la Guardia Revolucionaria Islámica, Hezbolá recibió entrenamiento y financiamiento para construir su infraestructura militar y política. El grupo no solo se dedicaba a la lucha armada, sino que también empezaba a actuar como un agente social y político en las regiones chiítas del Líbano.
El conflicto con Israel desempeñó un papel central en la fundación de este movimiento extremista. Durante la ocupación israelí, Hezbolá organizó una campaña de resistencia armada, que fue considerada una de las más efectivas de la época.
En 1985, el grupo publicó su primer manifiesto, en el que describía su ideología y sus objetivos, entre ellos la expulsión de las fuerzas israelíes del Líbano y el establecimiento de un estado islámico basado en los principios de la Revolución Iraní.
Movimiento resistencia y su rol político
Desde sus primeros días, Hezbolá se ha autodefinido como un movimiento de resistencia. Su principal enemigo ha sido Israel, y a lo largo de los años, Hezbolá ha librado una serie de enfrentamientos con las fuerzas israelíes.
En 2000, logró un hito significativo: la retirada completa de Israel del sur del Líbano, tras casi dos décadas de ocupación. Este logro consolidó la reputación de Hezbolá como una fuerza efectiva en la defensa de los intereses libaneses.
El conflicto más relevante entre Hezbolá e Israel ocurrió en 2006. Tras el secuestro de dos soldados israelíes por parte de Hezbolá, Israel lanzó una ofensiva militar que duró más de un mes.
Hezbolá utilizó tácticas militares avanzadas, como el lanzamiento de miles de cohetes y el uso de misiles anticarro proporcionados por Irán y Siria. Aunque la guerra dejó miles de muertos y desplazados, Hezbolá emergió del conflicto como un actor político-militar reforzado.
Hezbolá no solo es una fuerza militar, sino también un partido político con una fuerte presencia en el Líbano. En 1992, el grupo decidió participar en las elecciones nacionales, lo que marcó su transición de un grupo armado a un actor político.
Hoy en día, Hezbolá cuenta con representación en el parlamento libanés y en el gabinete gubernamental, lo que le otorga influencia en las decisiones políticas del país.
Uno de los aspectos más interesantes de Hezbolá es su red de servicios sociales. Al igual que otros grupos políticos libaneses, Hezbolá ha establecido una amplia infraestructura que incluye escuelas, hospitales y programas de asistencia para las familias chiítas.
Estos servicios han consolidado su apoyo popular, especialmente en las regiones más pobres del Líbano.
El apoyo de Irán y Siria: el terrorismo
Aunque Hezbolá se presenta como un movimiento de resistencia, muchos países lo consideran una organización terrorista. Estados Unidos, Israel y varios países europeos han incluido a Hezbolá en sus listas de grupos terroristas.
A lo largo de los años, Hezbolá ha sido vinculado a una serie de ataques suicidas, secuestros y atentados contra intereses occidentales e israelíes.
Uno de los ataques más notorios fue el atentado contra la embajada de Estados Unidos en Beirut en 1983, que mató a 241 marines estadounidenses.
Este ataque, junto con otros atentados suicidas llevados a cabo en los años 80, consolidó la imagen de Hezbolá como un grupo dispuesto a utilizar el terrorismo como una herramienta estratégica.
El éxito de Hezbolá ha estado profundamente ligado al apoyo que ha recibido de Irán y Siria. Desde sus primeros días, Hezbolá ha contado con el respaldo financiero y logístico de Irán, que ha visto en el grupo una forma de extender su influencia en el mundo árabe.
Irán ha proporcionado armas, entrenamiento y asesoramiento a los combatientes de Hezbolá, lo que ha permitido que el grupo mantenga una infraestructura militar sofisticada.
Por otro lado, Siria también ha sido un aliado estratégico de Hezbolá. Bajo el liderazgo de Hafez al-Assad y, más tarde, de su hijo Bashar al-Assad, Siria ha ofrecido a Hezbolá apoyo logístico y militar.
Durante la guerra civil siria, Hezbolá intervino directamente en el conflicto, apoyando al régimen de Assad en su lucha contra los grupos opositores y yihadistas. Este apoyo fue visto como una extensión de la alianza estratégica entre Irán, Siria y Hezbolá.
Hezbolá hoy
Desde octubre de 2023, ha intensificado su conflicto con Israel, con constantes ataques a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano.
El conflicto comenzó tras un ataque de Hamás en Israel, lo que llevó a Hezbolá a disparar misiles hacia el área de Shebaa Farms, en la región del Golán. A lo largo de estos meses, se han registrado más de mil muertes en el Líbano debido a los bombardeos israelíes, y más de 100,000 personas han sido desplazadas.
El conflicto escaló significativamente, convirtiéndose en el enfrentamiento más grave entre ambas partes desde la guerra de 2006. Además, ha mantenido una postura beligerante, con su líder Hassan Nasrallah afirmando que no detendrán sus ataques hasta que se logre un cese al fuego en Gaza.
Durante este período, Israel también ha lanzado ataques a posiciones de Hezbolá en Siria, intensificando aún más las tensiones en la región.
A pesar de varios intentos de alcanzar un alto el fuego, los enfrentamientos han continuado en los meses siguientes. Los ataques del movimiento han incluido el uso de drones y misiles contra objetivos israelíes. Israel ha respondido con bombardeos intensivos en el sur del Líbano. Además, Israel ha asesinado a varios comandantes de Hezbolá y Hamas en operaciones selectivas, lo que ha incrementado el temor de un conflicto más amplio en la región.
Esta nueva fase del conflicto ha generado preocupación internacional, ya que el enfrentamiento entre Israel y el grupo terrorista podría desestabilizar aún más Medio Oriente. Miles de personas en ambos lados de la frontera han sido desplazadas, y la comunidad internacional ha llamado repetidamente a un cese al fuego. Este conflicto destaca el papel central de Hezbolá como uno de los actores no estatales más importantes y peligrosos en la geopolítica regional.