La última dictadura Argentina en números: a 46 años del golpe
La nueva oleada libertaria y conservadora vino a revitalizar los discursos de odio social y político. Algunos reivindican abiertamente a la dictadura, otros se muestran más «institucionales», entre ellos el ex Presidente Macri, uno de los beneficiados económicamente con el Golpe Militar de 1976. | Imagen: Diario Sumario
Por Fernando Ortiz Sosa
Hoy los golpes no son con tanques y fusiles. Sus aviones son la «justicia» mediante el Lawfare y las bombas que caen son bombas ideológicas lanzadas por los medios de comunicación.
Cada 24 de marzo, en Argentina, se conmemora un aniversario más de la última y más cruel dictadura militar que gobernó a fuego y sangre desde el año 1976 hasta 1983. Mucho se ha hablado y mucho también se ha discutido, pero siempre es necesario mantener fresca la memoria de lo que fueron esos años oscuros, no sólo para quienes vivimos en este país, sino también para el resto de Latinoamérica que fue víctima del mismo sistemático plan.
Fue una dictadura porque nadie los eligió democráticamente, fue cívico-militar porque nació de una alianza entre los más altos sectores castrenses argentinos en complicidad con las clases altas y el empresariado del país. Fue también eclesiástico por que la iglesia jugó un papel predominante, sea mirando para otro lado, sea bendiciendo el golpe o también, como sucedió, entregando a muchos de sus propios curas o monjas que luego fueron torturados y asesinados.
Pero sería interesante que veamos a la dictadura militar argentina, desmenuzada en números, para tener un panorama mejor:
La dictadura en números
Desde el 24 de marzo de 1976 hasta el 30 de octubre de 1983, pasaron 2818 días, en donde gobernaron cuatro dictadores distintos: Jorge Rafael Videla, Roberto Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y por último, Reynaldo Bignone, que, vale aclarar, fue el primer militar apresado con la vuelta de la democracia, por la desaparición y asesinato de soldados.
Durante esos 2818 días, pasaron 3 Papas en el vaticano: Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. En este sentido, y como dijimos más arriba, la iglesia tuvo un rol importante encubriendo las atrocidades que cometía el ejército. Amparados en el “Secreto de Confesión” y en la complicidad con los militares, muchos Obispos y Cardenales le dieron la espalda al pueblo cuando Madres y Abuelas de Plaza de Mayo recurrían a las iglesias pidiendo por sus hijos y nietos desaparecidos.
Miembros de la propia iglesia también pagaron con su vida cuando no aceptaron ser parte, tal es el caso de los Sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics, identificados con la Teología de la Liberación, quienes fueron secuestrados en un mega-operativo en la Villa 1.11.14, llevados a la ESMA y estuvieron desaparecidos durante 6 meses. El actual Papa Francisco, es uno de los sindicados de haber permitido eso y mirar para otro lado. Se asesinó al Obispo Mujica en la Provincia de la Rioja, a 5 religiosos palotinos en Buenos Aires y se desapareció a dos monjas francesas, para años después descubrirse que fueron arrojadas al Río de la Plata.
Durante la dictadura, se llevaron adelante 2 Juegos Olímpicos (Montreal y Rusia) y dos Mundiales de fútbol, uno de ellos, el de 1978, en este país, donde la final se jugó en el Estadio de River Plate, con Videla en el palco y donde a escasos metros funcionaba el mayor centro de tortura de la Argentina: la ESMA. La FIFA, tan preocupada siempre por la situación política, miró para otro lado, incluso, hasta cuando hubo una campaña mundial liderada por periodistas y futbolistas, para condenar la realización del mundial. La dictadura había popularizado el slogan “los argentinos somos derechos y humanos”.
Lo político y lo económico
Por supuesto, como no podía ser de otra manera, el primer país en reconocer el gobierno de facto, fue Estados Unidos gobernado por el Republicano Gerald Ford, quien poco tiempo después, perdería las elecciones contra Jimmy Carter, un demócrata que gobernó hasta 1980. Emilio Eduardo Massera, el más despiadado miembro de la junta de gobierno, viajó un año antes del golpe a Estados Unidos a recibir una condecoración y el visto bueno para luchar contra el terrorismo en la Argentina.
Muchos de los altos mandos militares argentinos, habían sido entrenados específicamente en técnicas antiterroristas por EE.UU. El Plan Condor, fue un sistema de coordinación represiva entre los países del cono sur, ideado y financiado por la CIA para perseguir y eliminar militantes políticos, sociales, sindicales y estudiantiles.
Pero la persecución a militantes no fue el fin último de la dictadura. El plan económico que venía con ellos fue igual de cruel y asesino para el país. El mismo día del golpe, el FMI aprobó un crédito de 110 millones de dólares, se aplicaron las políticas monetaristas neoliberales sin contemplaciones, siendo (junto a Chile) el conejillo de indias de las ideas económicas que dejarían atrás al Estado de Bienestar.
20.000 fábricas cerradas, una deuda externa que se multiplicó por 6 y una inflación acumulada que al final de la dictadura llegó al 517.000%. La pobreza, que en 1976 era de apenas el 4,4%, llego al 37.4% el día que los militares dejaron el poder.
A pesar de que el pueblo fue el más afectado, hubo (como lo manda el dogma capitalista) unos pocos beneficiarios. Se estatizaron las deudas privadas de más de 70 empresas, tales como Techint, Fiat, Ford, CityBank, IBM, Banco Frances, etc, por casi 22.000 millones de dólares.
Otra de las empresas favorecidas por la estatización de su deuda, fue la del “Grupo Macri”. Si, la de la familia del ex presidente neoliberal argentino, quien se benefició con la estatización de más de 170 millones de dólares, cortesía del entonces presidente del Banco Central, Domingo Felipe Cavallo. En esos tiempos, el clan Macri paso de tener 7 a 47 empresas con un monstruoso incremento patrimonial.
Violación de DDHH, persecución y censura
El plan sistemático para eliminar la libertad de pensamiento, de asociación y a cualquiera que pudiera oponerse al régimen, llevó a la dictadura a abrir más de 340 centros de detención ilegales donde se mantenía secuestrado y se torturaba a quienes enviaban allí. Muchos de ellos, después, eran asesinados, sea en fusilamientos o arrojados al agua drogados y con un peso para que se ahogaran y no flotaran.
Como consecuencia, 30.000 personas son las que se estiman que fueron secuestradas, torturadas y asesinadas durante esos años. 649 niños y niñas fueron apropiados por haber nacido en cautiverio. La lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, logró encontrar sólo a 130. Sin embargo, la búsqueda continúa.
Más de medio millón de argentinos tuvieron que exiliarse en el extranjero, no todos volvieron y algunos lo hicieron años después, aún con el miedo latente de ser detenidos por militares.
El ámbito de la cultura no quedó exento. Se prohibieron artistas, libros y canciones. Como pasara con Víctor Jara en Chile, en Argentina se asesinó a Prí Lugones (escritora, periodista y feminista), Raymundo Gleyzer (cineasta) y Rodolfo Walsh (periodista) entre otros.
A su vez, muchos tuvieron que escapar del país: Julio Cortázar, María Elena Walsh, Osvaldo Bayer, Mercedes Sosa, Víctor Heredia, Osvaldo Pugliese, Horacio Guaraní, son algunos de los más conocidos. Sus libros y canciones, fueron prohibidas acusadas de marxistas, peronistas o bien atentar contra la moral, la familia, la religión o las buenas costumbres.
El 24 de marzo de 1977, la Sociedad Rural Argentina publicaba una solicitada felicitando al gobierno militar. Ese mismo día y por otra carta con una intención opuesta, se asesinaba a Rodolfo Walsh.
Mas de 600 libros, decenas de canciones, 200 películas extranjeras y casi 150 películas nacionales, fueron censuradas y prohibidas en esos años.
Que la guerra no nos sea indiferente
Como corolario de los años oscuros, y cuando ya gobernaba de facto Leopoldo Galtieri, el ejército argentino se aprovechó del histórico y legítimo reclamo argentino sobre las Islas Malvinas y un 2 de abril de 1982, decidió desembarcar en las islas, iniciando una guerra contra Gran Bretaña que contaría con el absoluto apoyo de la OTAN, por encima del TIAR americano.
Se desplegaron 10.289 miembros del Ejército, 10.597 de la Armada y 2.314 de la Fuerza Aérea; dejando como saldo 649 compatriotas muertos, la mitad de ellos en el ilegal ataque al Crucero ARA General Belgrano autorizado en persona por la inefable Margaret Thatcher.
Durante la guerra, no sólo se envió a conscriptos sin preparación a combatir contra uno de los ejércitos más poderosos del planeta, sino que nunca tuvieron abrigo necesario, ni el equipamiento adecuado. Muchos de ellos no escaparon de las torturas por parte de sus superiores cuando éstos creían que alguna orden no fuera acatada o bien no combatían con la “valentía” necesaria. Se los acostaba y estaqueaba en cruz sobre el fango helado y se los dejaba toda la noche para que les cayera agua o nieve en temperaturas de varios grados bajo cero.
Se estima que la cantidad total de muertos por la causa Malvinas es mucho mayor, debido a los más de 1000 suicidios que se dieron con el correr de los años luego de la guerra. Pasaron frío, hambre y no tenían medicamentos. En el país se armó una campaña para donar dinero y enviarles abrigo y alimento a los combatientes. Muchos personajes principales del cine, la TV y la radio participaron, recaudando casi 140 mil millones de pesos (54 millones de dólares). Ni un poncho, medicamento o alimento llegó a los combatientes.
Nunca Más
Cuarenta y seis años pasaron desde el inicio del golpe militar y muchos en argentina no somos muy adeptos en olvidar el pasado, mucho menos en uno que generó tanto dolor en el pueblo y que provocó consecuencias económicas de las que nunca nos recuperamos hasta la actualidad.
Nuestro país es ejemplo mundial en el enjuiciamiento a los perpetradores del golpe. Pinochet murió luego de ser senador en Chile en el año 2006, Franco murió gobernando España en el año 1975 y no se juzgó a ninguno de sus cómplices, pero aquí, en Argentina, Videla murió en la cárcel común, sin privilegios, sentado en el inodoro mientras defecaba en una celda de la prisión de Marcos Paz.
Hoy, en Argentina, hay 520 detenidos condenados por crímenes de lesa humanidad. Tuvieron un juicio justo con derecho a defensa, algo que ellos nunca permitieron a sus víctimas. Sin embargo, muchos de los descendientes de quienes se beneficiaron con el golpe hoy siguen rondando en las primeras planas de la política nacional.
La nueva oleada libertaria y conservadora viene a revitalizar los discursos de odio social y político. Algunos reivindican abiertamente a la dictadura, otros la juegan de más institucionales, entre ellos el ex Presidente Macri, uno de los beneficiados.
Hoy, los golpes no son con tanques y fusiles; sino que vienen desde la economía y el sometimiento de los pueblos. Sus aviones son la justicia mediante el Lawfare y las bombas que caen son explotadas por los medios de comunicación.
Por eso, a 46 años y más que nunca: Ni olvido ni perdón, juicio y castigo. ¡Nunca Más!