En Medios de comunicación ¿al servicio de quién?, el analista y comunicador Jesús González Pazos ofrece una crítica profunda y comprometida sobre el papel que desempeñan los medios de comunicación en las sociedades contemporáneas, especialmente en relación con el poder político, económico y cultural. El libro interroga con claridad y firmeza la supuesta neutralidad informativa, y propone una lectura crítica sobre cómo se construye la realidad mediática.
González Pazos parte de una premisa central: los medios de comunicación no son meros canales de información, sino actores activos en la producción de sentido y en la legitimación del orden social. En este sentido, cuestiona el modo en que los grandes conglomerados mediáticos reproducen intereses empresariales, refuerzan estereotipos, silencian voces disidentes y moldean la opinión pública a favor de las élites dominantes.
El libro analiza temas clave como la concentración mediática, el rol de la publicidad, el tratamiento informativo de los conflictos internacionales, la manipulación del lenguaje y la lógica del espectáculo. También aborda la relación entre medios y democracia, subrayando cómo la lógica comercial desplaza los principios del periodismo crítico y plural, debilitando el derecho a una información veraz y diversa.
Uno de los aportes más valiosos del texto es su mirada desde el Sur Global. González Pazos contextualiza sus reflexiones en clave geopolítica, evidenciando cómo los medios de comunicación se articulan con las lógicas del neoliberalismo, el colonialismo cultural y la subordinación de los países del Sur a los intereses del Norte. En este marco, llama a fortalecer medios alternativos, comunitarios y populares como estrategias de resistencia y transformación.
Medios de comunicación ¿al servicio de quién? es una obra breve, clara y pedagógica, ideal para estudiantes, educadores, comunicadores y activistas que deseen repensar críticamente el rol de la prensa y los discursos mediáticos. Con lenguaje accesible y ejemplos concretos, González Pazos nos invita a no ser consumidores pasivos de información, sino sujetos activos en la disputa por el sentido.