En las últimas décadas, el aumento de los movimientos sociales y el rápido desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación han influido de manera significativa en la forma en que la política se lleva a cabo y se piensa. Los movimientos sociales, que pueden surgir en respuesta a diversas problemáticas sociales, han desempeñado un papel importante en la reconfiguración del panorama político.
Estos movimientos han utilizado diversas estrategias para promover sus objetivos, incluyendo protestas, manifestaciones, campañas en redes sociales y activismo en línea. Las redes sociales y otras plataformas digitales han facilitado la difusión rápida de información y han permitido una mayor participación y coordinación entre los activistas.
En este contexto, se ha repensado la política convencional y se ha dado lugar a nuevas formas de participación ciudadana y organización política. Los movimientos sociales y las redes han desafiado las estructuras tradicionales de poder, han influido en la agenda política y han promovido demandas de cambio en diversos entornos, desde la justicia social y económica hasta los derechos humanos y el medio ambiente.