Democracia VS Capitalismo: una historia de amor y tragedia
¿Cómo socavan diversos agentes económicos la soberanía popular? Desde hace tiempo sabemos que no puede haber una verdadera democracia sin soberanía económica. En esta columna te contamos cómo enfrentan estos problemas algunos países del mundo. | Imagen: Sputnik News
Por Pablo Moreno Esbrí
Diversas entidades económicas actúan a espaldas de la ciudadanía, escapando de su control democrático y siguiendo una agenda política concreta. Esto cohíbe la libertad política de los estados al no gozar de soberanía económica.
Introducción
Desde la Segunda Guerra Mundial (SGM) hasta nuestros días, se ha implantado en el mundo occidental el sistema conocido como democracia liberal, el cual se sustenta sobre dos ejes: uno político, la democracia, y otro económico, el libre mercado. Este ha permitido a los países que lo practican el medrar económica y socialmente, hasta alcanzar una plenitud de derechos y oportunidades pocas veces vista en la historia de la humanidad.
Aunque pudiera parecer, debido a su efectividad, que ambos ejes comparten objetivos comunes, la realidad es bien distinta. Explica el economista Wolfgang Streck que, a pesar de que este sistema trajo pingües beneficios durante la época keynesiana (las dos primeras décadas tras la SGM), existe en su seno un conflicto de asignación de recursos: el régimen capitalista busca operar según la meritocracia y el libre mercado, mientras que el régimen democrático busca ampliar o extender los derechos sociales, normalmente en contra de esa misma libertad de mercado (1).
Por supuesto, en la práctica esto significa que el gobernante de turno debe hacer malabares entre los ejes antagónicos, lo que acaba causando que este favorezca a uno o a otro hasta que pierda el apoyo del electorado y sea sucedido por el siguiente, que se verá forzado a una situación análoga, mientras pende sobre ellos la Espada de Damocles de las crisis económicas y sociales, en el caso de que se excedan otorgando la ventaja a cualquiera de los regímenes.
Lo cierto es que en este conflicto que aún perdura se puede atisbar un ganador, y es el régimen capitalista. La acumulación de capital que ha generado grandes multinacionales con poder económico e influencia política se ha encontrado con una situación propicia gracias al desmembramiento de los sindicatos, que solían hacerle frente (1,2). Un ejemplo paradigmático que está ocurriendo en estos momentos es el caso de los trabajadores estadounidenses de Amazon, un conglomerado comercial que ha llegado a ser comparada con las antiguas Compañías de las Indias Orientales, aunque esto sea falaz (3), que trabajan en unas condiciones que solo se pueden definir como ridículamente precarias, y que están luchando contra el gigante empresarial para poder generar un sindicato (4).
Otra estrategia que ha adoptado el régimen capitalista es la generación de diversos organismos nacionales (como los Bancos Centrales), internacionales (como la Unión Europea) y supranacionales (como el Fondo Monetario Internacional), que velen por los intereses del libre mercado y de la economía neoliberal, normalmente despojando a los países donde operan de la soberanía económica, pilar esencial para poder tener verdadera libertad política colectiva. En este artículo veremos los mecanismos mediante estos agentes económicos operan, y posibles soluciones democráticas a su desatada influencia.
Bancos Centrales
Estos pueden definirse como entidades bancarias cuyas funciones son principalmente dos: la estabilidad del mercado financiero, al ser ellos “bancos de bancos” y no de particulares como estamos acostumbrados, y la estabilidad de los precios y del valor de la moneda (5). Al tener tanto poder económico, dictan las políticas monetarias del país y tienen una gran influencia en las políticas económicas generales que los gobiernos de un estado puedan tomar.
Una de las características principales de los Bancos centrales es su autonomía: no se encuentran sujetos a los gobiernos de los países o de las entidades políticas internacionales a las que pertenecen (6). Aun así, deben rendir cuentas de sus acciones, mantener una transparencia y una comunicación con los agentes gubernamentales, y en el caso de que la propiedad del Banco Central sea pública, pagar los beneficios de las acciones.
Nace esta idea de la independencia de los Bancos Centrales tras la crisis inflacionaria que sufrieron los países occidentales en el marco de las políticas Keynesianas de posguerra, y fue durante las décadas de los 80 y de los 90 cuando muchas de estas entidades bancarias fueron abandonando los controles estatales férreos y ganando diferentes grados de independencia (7). Esta noción de la independencia de los Bancos Centrales parte esencialmente de la escuela económica de Chicago, de pensamiento neoliberal, y este origen les confiere una ideología concreta, una agenda política que transpira a través de sus diversas funciones.
Estas directrices políticas tan claramente delimitadas se pueden observar en diferentes ejemplos. En el caso concreto de España, vimos como el Banco Central Español se lanzó a defender la reforma laboral de 2012, firmada por el partido de centro-derecha Partido Popular y cuya base era la flexibilización del mercado mediante la agilización de los despidos, cuando el gobierno actual, orientado hacia la izquierda, buscaba derogar la reforma (8). Aparte, al ser los Bancos centrales “bancos de bancos”, pueden dictar dónde se localizan los recursos de la sociedad, según su propio criterio de lo que es óptimo, siempre manteniendo la tendencia neoliberal que los caracteriza (9).
Los Bancos Centrales constituyen, en esencia, una maquinaria más dentro del conflicto capital-trabajo, y la falta de control de los mismos acaba produciendo que estos actúen como agentes del capital (10). De hecho, no solo forman parte de la estructura económica sino que juegan un rol importante en el discurso neoliberal. Este proclama que las fallas sociales que puedan derivar del mercado no son gracias a sus contradicciones internas, sino que son debido a que los políticos y los gobiernos lo intentan regular y controlar, generando así desviaciones no deseables.
Al retirar el control monetario y de estabilidad financiera de manos de los gobiernos y traspasar este a organismos independientes, se crea el espejismo de dotar al propio mercado de una mayor libertad de las injerencias políticas, aunque esto sea esencialmente falso.
Una posible solución la esboza el autor Aaron Bastani en su libro “Comunismo de lujo totalmente automatizado”. En el afirma que debería ser una prioridad la re-politización, alejándolos de sus directrices neoliberales, y el control democrático de los Bancos Centrales, para que sea la propia sociedad la que pueda decidir dónde se localizan sus recursos, y a qué factores económicos dan más importancia dentro de la dicotomía inflación-desempleo (9). En resumen, los Bancos centrales deberían atarse de nuevo con riendas democráticas, para que el pueblo recobre de nuevo la soberanía económica que ha perdido.
Unión Europea
La Unión Europa (UE) es una comunidad política internacional formada por 27 países de Europa que busca coordinar sus esfuerzos políticos, económicos y sociales, y que se forma tras la firma del Tratado de Maastritch (11). Tiene diferentes antecedentes históricos, que comienzan a formarse tras la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de promover y asegurar las economías europeas (primero surgió la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, que se convertiría en la Comunidad Económica Europea), aunque posteriormente se formen también alianzas defensivas durante la Guerra Fría (como la Comunidad Europea de Defensa).
La conjunción de dichas organizaciones internacionales acabaría dando como fruto a la Unión Europea propiamente dicha, con un cariz más holista ya que dentro de sus Estatutos de funcionamiento se encontraban todas las funciones que antes tenían las comunidades mencionadas anteriormente. El Euro es la moneda única de 19 de los países miembros de la UE, que entró en circulación en 2002, reemplazando las diversas monedas nacionales de cada Estado.
Es en esta aceptación del Euro como moneda única donde encontramos un primer frente de batalla, donde diversos Estados principalmente del sur de Europa están perdiendo su soberanía económica. Esto es debido a que la unión monetaria se realizó sobre bases muy diferentes de capitalismo, que podrían dividirse geográficamente: el sur de Europa, principalmente los países mediterráneos, poseían un capitalismo más centrado en el mercado interior, con alta inflación y déficits presupuestarios; mientras que el centro y el norte de Europa poseían economías más basadas en la importación a mercados internacionales, una baja inflación y superávits presupuestarios (1).
Esta diferencia cualitativa acabaría convirtiéndose en desigualdades económicas, principalmente tras la crisis financiera de 2008. Al afectar menos a Alemania, gracias a su economía industrializada, este Estado ganó una posición de fuerza con respecto a los países mediterráneos, que necesitaban de la economía y de la fiabilidad financiera del país germano para seguir funcionando debido a sus ingentes cantidades de deuda. Esto generó un intenso conflicto, que aún se mantiene, sobre la estructura económica de los países miembros, ya que se aprovecha Alemania de su fuerte posición estratégica para forzar su modelo a los países del sur (1).
Otro de los grandes problemas de la zona Euro es que no ha sabido desarrollar organismos democráticos que le permitan dirimir estos conflictos estructurales. Sus políticas financieras y monetarias dependen del Banco Central Europeo, con independencia de los poderes políticos soberanos de los estados miembros, y del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (2), una suerte de Parlamento del Euro donde cada país miembro se encuentra mono representado.
Este Consejo no solo tiene una estructura poco democrática (¿Qué pluralidad de opiniones caben dentro de un único representante?) sino que es conocido por su ineficacia en general. La solución lógica es la que apunta el economista francés Thomas Piketty: la creación de un Parlamento del Euro basado en una democracia representativa, donde cada país tendría un número de escaños basado en su población o en su PIB, y estos se repartirían entre los partidos de dicho país según su representación en los respectivos parlamentos nacionales. Aunque quizás esta medida sea insuficiente (es cuestionable el peso real que tiene la soberanía popular en las decisiones tomadas bajo una asamblea representativa), es un paso en la dirección correcta.
Esto no solo devolvería la soberanía a los países del sur, sino que permitiría una armonización de los objetivos económicos y sociales de los países de la zona Euro, lo cual les dotaría de un mayor margen de acción para cortar de raíz otros problemas que están surgiendo, como el dumping fiscal.
Un punto adicional a tener en cuenta en este debate es que, debido a las disparidades estructurales que hemos comentado más arriba, muchos países son dependientes no solo de la zona Euro sino de los propios fondos de la UE (no siempre van estas dos instituciones económicas de la mano al no ser todos los países miembros de una miembros de la otra), donde Alemania vuelve a tener una fuerza estratégica considerable.
De esta forma, países como España, que perdieron gradualmente su industria nacional en los años previos a ser aceptados como estados miembros de la UE (12), han sido sometidos a una relación de dependencia donde el dinero que España necesita y que Europa nos cede como parte de los tratados firmados viene acompañado de presiones políticas. El ejemplo más claro ocurrió cuando la UE repartió los bonos de recuperación tras la pandemia de Covid-19.
España se encontraba entonces inmersa en el debate sobre si debería derogar la reforma laboral que se explicó con anterioridad, y Europa amenazó en reiteradas ocasiones con bloquear la entrega de los fondos de recuperación si España llevaba a cabo dicha derogación (13). Esta forma de presión económica restringe fuertemente las acciones que los gobiernos nacionales pueden tomar una vez se encuentran en el poder, y no permiten a la ciudadanía modelar el país a su voluntad.
La asimetría económica que puede encontrarse en Europa, y las diferentes visiones de como estructurar la política económica de los países miembros, ha generado unas relaciones de dependencia que despojan a los países que se encuentran atados a ellas de su soberanía económica. Es por lo tanto necesario generar organismos democráticos fuertes que puedan armonizar las visiones dentro del seno de la UE, generar una industria nacional fuerte para poder romper dichas relaciones de dependencia, y recuperar la soberanía económica, tan necesaria para dirigir un país según los designios de sus ciudadanos.
Fondo Monetario Internacional
El Fondo Monetario Internacional (FMI) es una entidad económica formada en los estallidos finales de la SGM, cuya misión principal es controlar la estabilidad del sistema monetario internacional, actuar en la prevención de crisis económicas, y actuar como acreedor y consejero para países en vías de desarrollo que buscan mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Formado inicialmente por los 44 países que asistieron a su conferencia inaugural en New Hampshire, en los Estados Unidos, en estos momentos cuenta con 190 estados miembros (14).
Aunque los objetivos iniciales de esta entidad eran nobles, el cómo se configuró desde el inicio el poder de voto dentro de la institución permitió que esta acabara siendo una herramienta de los estados con mayor poder económico. El funcionamiento de la junta de directores ejecutivos no se basa en la premisa de un país un voto, sino que los directores tienen diferentes poderes de voto según el PIB de sus países electores (15). Esto propicia que el FMI acabe cayendo en manos de los poderosos como arma económica e ideológica, que fue exactamente lo que ocurrió en Argentina tras la dictadura de la Junta Militar.
Cuando cae el sanguinario gobierno de la Junta Militar argentina en 1983, tras la guerra imperialista de las Malvinas, se realizó una transición democrática donde salió elegido como presidente Alfonsín (16). Uno de los mayores retos que su corto gobierno tuvo que enfrentar fue la herencia de la ingente deuda que había adquirido el anterior gobierno, utilizando como acreedores a diferentes entidades bancarias norteamericanas, lo que hizo que Estados Unidos presionara al nuevo ejecutivo para que, en vez de conmutar una deuda que no había dependido en ningún momento del pueblo argentino y que se había adquirido de forma ignominiosa e injusta, la acabara pagando. Por supuesto, el nuevo gobierno democrático se hallaba en plena reconstrucción del país, lo que hizo que no quisiera enfrentarse a EEUU y se decidiera a pagar la deuda. Para ello, tuvo que pedir la colaboración del FMI.
En aquel momento, el FMI se encontraba copado ideológicamente de seguidores del neoliberalismo de la escuela de Chicago, ya que sus altos cargos habían sido alumnos modelo en dicha universidad, y EEUU e Inglaterra, dos de los países con mayor poder de voto, tenían al mando gobiernos de corte neoliberal (Reagan y Thatcher, respectivamente). Esto hizo que la ayuda que el FMI prestó a Argentina para subsanar la crisis en la que se encontraba inmersa fuese acompañada de unos paquetes de reformas que incluían privatizaciones masivas (16).
De esta forma, un organismo internacional que es supuestamente neutro políticamente y que está al servicio de los países que requieran de su colaboración acabó desempeñando un papel crucial en la reestructuración económica no solo de Argentina, sino de todos los países que atravesaban a principios de los años 80 una crisis similar. Es otro ejemplo más de cómo se dinamita la soberanía económica de los estados debido a la politización clara de agentes económicos supuestamente neutros y colaboradores.
Conclusión
No puede existir una verdadera libertad política allá donde no existe soberanía económica. Esto, que puede parecer vacuo por su simpleza y obviedad, es una verdad que muchas veces se nos presenta a medias. Se encuentran los poderes ejecutivos ligados a actores políticos de facto que en muchas ocasiones carecen totalmente de legitimidad o de control democrático. Es necesario no solo plantear el debate sobre las instituciones que se han analizado en el presente artículo como mecanismos de poder, sino también plantear soluciones más democráticas, que permitan a estados más pequeños o con menos holgura económica no tener que comprometerse y ceder parte de sus libertades para sobrevivir.
Referencias
- Streck, W. ¿Cómo terminará el capitalismo? 1º Ed. Madrid: Traficantes de sueños; 2017
- Piketty, T. ¡Viva el socialismo! 1º Ed. Barcelona: Planeta de libros; 2021
- Business Insider, How today tech giants compare to massive companies of empire past https://www.businessinsider.com/how-todays-tech-giants-compare-to-massive-companies-of-empires-past-2017-12
- Protocol, Amazon’s Union fight: Here’s what’s happening right now https://www.protocol.com/amazon-union
- Lidón, J. Jesús. Macroeconomía. 6º Ed. Campillo: Univ. Politéc. Valencia; 1997
- Carl E. Walsh. Central Bank Independence Revisited. Economic papers: A journal of applied economics and policy. 2011; 30(1), 18–22. doi:10.1111/j.1759-3441.2011.00106.x
- Saad-Filho, Alfredo. (2018). Monetary Policy and Neoliberalism.
- La Vanguardia, El Banco de España defiende la reforma laboral y primar los convenios de empresa https://www.lavanguardia.com/economia/20211025/7816095/banco-espana-defiende-reforma-laboral-primar-convenios-empresa.html
- Bastani, A. Comunismo de lujo totalmente automatizado. 1º Ed. Madrid: Antipersona, 2020
- Palley, T. Central Bank Independence: A rigged debate based on false politics and economics. Investigación económica, 2019; 78(310) http://dx.doi.org/10.22201/fe.01851667p.2019.310.71547
- Wikipedia, Unión Europea https://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_Europea
- La Razón Comunista, El robo del patrimonio nacional español https://www.larazoncomunista.com/post/el-robo-del-patrimonio-nacional-espa%C3%B1ol-durante-la-transici%C3%B3n-privatizaci%C3%B3n-y-desindustrializaci%C3%B3n
- Onda Cero, La reforma laboral del Gobierno pone en juego el dinero de los fondos europeos https://www.ondacero.es/noticias/economia/reforma-laboral-gobierno-pone-juego-dinero-fondos-europeos_20211103618369baa5b38900015d18b1.html
- IMF, IMF at a glance https://www.imf.org/en/About/Factsheets/IMF-at-a-Glance
- IMF, IMF Members’ quotas and voting power, and IMF Board of Governors https://www.imf.org/en/About/executive-board/members-quotas
- Klein, N. La doctrina del shock, 1º Ed. Barcelona: Editorial Planeta, 2012