El populismo de Schrödinger

El populismo en Argentina no es un fenómeno exclusivo de una ideología particular, sino una lógica política basada en la dicotomización del espacio social. Cristina Fernández de Kirchner y Javier Milei, aunque opuestos ideológicamente, comparten el uso de esta lógica en sus discursos. Analizar sus estrategias permite comprender mejor las dinámicas populistas y su impacto en la política argentina.
Por Gaetano Milone.
Según Laclau, las identidades colectivas no son preexistentes, sino que se construyen a partir de la articulación de demandas y reclamos. El populismo, por lo tanto, es una forma de articulación que permite que grupos heterogéneos se unan en torno a un proyecto común.
Las experiencias populistas en Argentina
En las últimas décadas, Argentina ha tenido gobiernos calificados como “populistas”: de “izquierda” con Cristina Fernández de Kirchner y, en la actualidad, de “derecha” con Javier Milei. Se utilizan estas categorías considerando, en primer lugar, los momentos históricos en que se inscriben dichos gobiernos y, en segundo lugar, que podrían ser reemplazadas por otras, pues son simplemente ordenadoras.
Aunque las diferencias ideológicas y políticas parecen irreconciliables, un análisis profundo requiere desentrañar el concepto detrás de esa calificación. Si se usa la noción de “signo”, el objetivo sería especificar ciertos rasgos inherentes al significante “populismo” y, a partir de ahí, explorar el significado de las articulaciones hegemónicas político-discursivas que se construyen sobre él.

Fuente: Mohamed Hassan (Pixabay).
¿Por qué en un debate entre dos partidarios de estos gobiernos, el seguidor de Milei usa “populista” como insulto sin percatarse de que el término también aplica al gobierno que apoya?
¿Qué operaciones subyacen en estos usos y qué efectos producen? Ante tales preguntas, ¿es posible establecer un significante indecidible central para pensar las experiencias populistas en Argentina? Aunque difícilmente se logre una respuesta definitiva, es crucial intentarlo.
Fundamentación teórica del concepto de “significante indecidible”
El concepto propuesto encuentra su fundamento en la noción de indecidibilidad de Derrida, adoptada desde los planteos de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. Para Derrida, lo “indecidible” es aquello que, siendo ajeno al orden de lo calculable, debe entregarse a una decisión imposible (Derrida, 2005).
En segundo lugar, analizar las articulaciones hegemónicas a través del significante indecidible sería imposible sin considerar la teoría de la hegemonía de Laclau y Mouffe. Ellos sostienen que, si los indecidibles dominan el campo que antes parecía gobernado por determinaciones estructurales, entonces la hegemonía implica tomar decisiones en un terreno indecidible (Laclau y Mouffe, 2004).

Chantal Mouffe (Charleroi, 17 de junio de 1943) es una filósofa y politóloga belga, profesora emérita de la Universidad de Westminster en Londres.
Además, en su teoría, la categoría lacaniana de point de capiton (punto nodal o significante-amo) ocupa un rol central. Este concepto implica que un elemento particular puede asumir una función universal en un campo discursivo sin que su particularidad predetermine dicha función (Laclau y Mouffe, 2004).
Esto es clave no solo en la construcción de la teoría de la hegemonía, sino también en el análisis del significante indecidible. Finalmente, comprenderemos las articulaciones hegemónicas como relaciones en las que una particularidad asume la representación de una universalidad que, al ser inconmensurable con la particularidad en cuestión, se convierte en una universalidad contaminada y reversible (Laclau y Mouffe, 2004).
Aproximación al populismo
Teniendo esto en cuenta, podemos abordar el populismo explorando los rasgos inherentes al significante indecidible que nos interesa analizar. Desde una perspectiva etimológica, “populismo” proviene de “popular”, del latín popularis, relativo al pueblo. Sin embargo, el término también se vincula con plebs, que en la antigua Roma se refería a los no patricios.
Así, el populismo presenta una doble significancia, reflejando la tensión entre populus (pueblo como totalidad) y plebs (pueblo como parte).
Laclau sostiene que, para concebir al “pueblo” del populismo, es necesario que una plebs reclame ser el único populus legítimo (2005). Es decir, el populismo requiere una división dicotómica de la sociedad, donde el campo popular se constituye a partir de la equivalencia de diversas demandas sociales (Laclau, 2005).

Ernesto Laclau (Buenos Aires, 6 de octubre de 1935 – Sevilla, 13 de abril de 2014) fue un filósofo, teórico político y escritor postmarxista argentino. Foto: Patricio Pidal / AFV.
Esta definición sugiere que el populismo no se reduce a un movimiento con base social específica o determinada orientación ideológica, sino que debe entenderse como una lógica política relacionada con la institución de lo social.
De lo anterior se desprenden tres características fundamentales del significante indecidible “populismo”: primero, su doble significancia, derivada del carácter dual de su sujeto (plebs y populus); segundo, su extensa historicidad y los múltiples usos que ha tenido a lo largo del tiempo; y tercero, su carácter de lógica política, que implica la dicotomización de la sociedad en dos campos opuestos.
Lógica política populista y articulaciones hegemónicas político-discursivas
Con este marco teórico, podemos analizar fragmentos de discursos de los mandatarios mencionados y vincularlos con los rasgos antes descritos. Antes de hacerlo, es importante profundizar en el funcionamiento de las articulaciones hegemónicas político-discursivas.
Según Laclau, estas articulaciones, que combinan las lógicas de la diferencia y la equivalencia, son ininteligibles sin el componente afectivo. Por ello, desestimar los aspectos emocionales del populismo en un análisis sería un error metodológico (Laclau, 2005).
En este sentido, el papel central de las articulaciones hegemónicas político-discursivas se observa tanto en el significado del significante indecidible como en la construcción de categorías discursivas que sustentan la división necesaria mencionada por Laclau.
En definitiva, lo que buscamos son los mecanismos de la lógica política populista para luego analizar cómo se materializan en los discursos de los líderes políticos.
Análisis de discursos
Citas de Cristina Fernández de Kirchner
En su discurso de asunción de 2011, Cristina Fernández de Kirchner dijo:
“Por eso, cuando reestructuramos por primera vez la deuda en 2005 (…) el esfuerzo debía ser compartido por quienes se habían endeudado, pero también por quienes, aprovechando el cepo de la convertibilidad, cobraron tasas usurarias que no se pagaban en ninguna parte del mundo (…) Luego, vino la otra gran decisión soberana de pagar la deuda con el Fondo Monetario Internacional, de modo tal que ya nadie pudiera ser jefe de la economía argentina, que el jefe de la economía Argentina se siente acá y por decisión del pueblo (…)
Y llegó ya (…) la segunda parte de la reestructuración de la deuda que nos llevó a cubrir ya el 93%, el resto de los fondos buitres, que siguen como en todas partes del mundo tratando de aletear para ver sobre qué cadáver pueden carroñear; no va a ser sobre la Argentina (…) Y también soportar cinco corridas cambiarias que las corporaciones creyendo que este gobierno iba a ceder, que se den por notificados: yo no soy la presidenta de las corporaciones, soy la presidenta de los cuarenta millones de argentinos”. Fuente: Télam, 2011.
En esta cita, se observa una clara articulación hegemónica en la que el pueblo (plebs) se enfrenta a los actores financieros y organismos internacionales (populus). Esta lógica populista se refuerza al situar al “pueblo” como el sujeto que reclama soberanía frente a la injerencia extranjera.

Foto: Infobae.
En su última apertura de sesiones ordinarias:
“Yo no dejo un país cómodo para los dirigentes, yo dejo un país cómodo para la gente (…) va a ser incómodo, sobre todo si le piensan sacar derechos que ha ganado la gente (…) ahora, para la gente, el país que les dejo es un país muy cómodo (…) es un país con el salario más alto de Latinoamérica, es un país con la jubilación más alta de Latinoamérica (…) sí, es un país difícil para los dirigentes, pero no para la gente que ha superado, que ha progresado, que ha crecido…”. Fuente: Congreso Nacional, 2015.
En la Cumbre de las Américas en Panamá siendo presidenta:
“Yo creo en las palabras de los que dicen que quieren un mundo más justo (…) Pero entonces, ¿por qué se combate y se tilda de populistas (…) a los gobiernos que en (…) América Latina han sido los que mayores logros en materia de Derechos Humanos, de equidad, de inclusión (…) han logrado?” Fuente: Cumbre de las Américas, 2015.
Citas de Javier Milei
En el discurso luego de ganar las PASO:
“Y cuando también se les termina el chiste de la maquinita, terminan recurriendo a subirnos los impuestos, siendo hoy Argentina el país con la presión fiscal en blanco más alta del mundo (…) donde no favorece a nadie que quiera hacer un negocio de bien, un negocio honesto y sólo favorece a los ladrones y a los prebendarios, y a los amigos del poder”. Fuente: CNN, 2023.
En el segundo debate presidencial:
“El modelo de la casta está basado en una premisa que dice que «donde hay una necesidad, nace un derecho». El problema es que las necesidades son infinitas y los derechos hay que pagarlos, y los recursos son finitos. (…) le gusta intervenir y eso se manifiesta con déficit fiscal (…)
¿Y cómo lo financia? primero lo financia con deuda, una forma inmoral porque carga la cuenta sobre generaciones futuras (…) La otra alternativa que utilizan los políticos suele ser el uso de la maquinita de imprimir billetes (…) Y la otra alternativa, ya cuando no queda más, viene el ajuste (…) que la política siempre lo hace subiendo impuestos, jamás bajando el gasto; y eso lo que hace es generar presión que hace que sea inviable el sector privado (…)
¿Sabes por qué voy a terminar con la inflación? porque es la forma en la que ustedes nos roban a nosotros (…) expreso con pasión la indignación que genera un gobierno que nos viene destrozando la vida a todos”.
Foto: Natacha Pisarenko / Associated Press.
Por otro lado, en discursos recientes, Javier Milei ha afirmado:
“La casta política destruyó el país con su modelo de saqueo, con impuestos asfixiantes y un gasto público descontrolado. Nosotros venimos a poner fin a este sistema de opresión.“
Aquí se observa una estrategia similar: la construcción de un “nosotros” (pueblo) enfrentado a un “ellos” (casta política). Esta división, típica de la lógica populista, refuerza la idea de que el populismo no se define por su orientación ideológica, sino por su estructura discursiva.
En una entrevista con Bloomberg:
“lo primero es que, (…) ha habido un cambio cultural en Argentina y que la mayor parte de los argentinos entendieron que la solución no es el populismo, (…) hoy los salarios (…) son miserables como consecuencia de veinte años de populismo”.
¿Populismo con CFK o populismo con Milei?
Teniendo en cuenta esto, podemos establecer múltiples puntos de contacto entre los discursos de ambos.
En primer lugar, como ya habíamos anticipado, los mecanismos de la lógica política populista son observables en la creación de categorías y distinciones que sirven para dividir a la sociedad dicotómicamente.
En el caso de Cristina Fernández de Kirchner, es la oposición entre los argentinos y las corporaciones, entre los argentinos y el FMI o los fondos buitres, entre los que tienen poco y los que tienen mucho, entre los argentinos (que salen perdiendo de las crisis) y los que “siempre salen ganando”, entre la gente que dicta el mandato popular y los responsables o cómplices de la “depredación del Estado Nacional” y/o de la deuda.
En el caso de Javier Milei, es la oposición entre los argentinos y la casta política, entre los que tienen poco y los que tienen mucho, entre los argentinos de bien y los políticos, entre los argentinos y el populismo, entre el sector privado y el sector público, entre los que pagan los errores de la clase política y los que hacen usufructo del Estado, entre los empobrecidos y los empobrecedores, entre la gente que dicta el mandato popular y los responsables de la crisis y/o de la deuda.
Esta división que hacen de la sociedad responde perfectamente a lo que antes señalábamos sobre el significante indecidible: lo que se juegan es la construcción categórica de una plebs que reclame ser el populus.
En este sentido, parece crucial retomar la tensión entre aquellos términos, teniendo en cuenta lo que dice Laclau: la plebs se percibe a sí misma como el populus porque como la plenitud de la comunidad es precisamente el reverso imaginario de una situación vivida como ser deficiente, la brecha con los responsables de aquella situación es tal que no pueden ser una parte legítima de la comunidad (2005).
En segundo lugar, la pregunta que de este análisis deriva es: ¿pueden ser estas experiencias calificadas como “populistas” aún si las articulaciones hegemónicas político-discursivas que quieren imprimir sobre el significante parecen alejarlas del “populismo”? Es interesante que este interrogante permanezca a lo largo del desarrollo teórico como una constante.
Debo confesar que me siento tentado a responder que ese supuesto alejamiento sólo es una estrategia discursiva que responde al significado hegemónico peyorativo que se posa hace tiempo sobre el significante “populismo”, que no cambia el estatus ontológico de las experiencias, que no quita que la lógica política utilizada sea la populista y que, en principio, responde justamente a los mecanismos de ésta. Es irónico pensar en un populismo que “se vuelve contra sí mismo”.
Sin embargo, si nos remitimos a las citas y observamos nuevamente los dichos de Milei sobre el “populismo” o los “populistas”, veremos que son asociados al “modelo de la casta”, a la “clase política” y a los “empobrecedores” como opuestos a los argentinos, a los empobrecidos (plebs). Al analizar las citas de Cristina Fernández de Kirchner, podemos observar que reconoce la “mala fama” que tiene la palabra “populismo”.
Por lo que, a pesar de que se utilice la lógica política populista y que sus proyectos de país estén dirigidos a la plebs construida en ese momento específico, ambos se siguen remitiendo al “populismo” como insulto.